Quindim

El quindim es un pastel brasileño de yema y coco con origen portugués, donde se llama Brisa do Lis y está hecho con almendra.

Durante la celebración del mundial de fútbol de Brasil, vi esta receta (junto a otras, también brasileñas) en el blog La cuisine de Bernard, eran unos pasteles tan bonitos que me dieron ganas de probar en ese momento. He tenido que posponerlo primero, porque hemos tenido muchos cumpleaños y segundo porque quería hacer la prueba con pocas cantidades y este verano en las reuniones familiares pasábamos de los veinte. 


Ingredientes
 
  • 80 g de coco rallado
  • 30g de mantequilla
  • 150 g de azúcar
  • 5 yemas de huevo + 1 huevo (160 g en total)
  • 1 cucharadita de de azúcar vainillado
  • 100 ml de agua
  • Unas gotas de limón
Poner el coco en un cuenco con el agua para que se hidrate, añadirle el azúcar y mezclar.
Batir el huevo con las yemas y colar sobre el coco hidratado, añadir la mantequilla fundida, el azúcar vainillado y las gotas de limón, mezclar bien y dejar reposar media hora en el frigorífico.

Mientras preparar los moldes untándolos con mantequilla y espolvoreando con azúcar.
Remover la mezcla de nuevo y llenar los moldes, colocarlos en una bandeja con agua caliente y cocer al baño maría en el horno precalentado a170º durante 35 o 40 minutos hasta que se dore, dejar templar, despegar el borde del molde con un cuchillo y desmoldar.
Durante el horneado el coco sube a la superficie separándose de las yemas y se dora,  al darle la vuelta será la base de una especie de tartaleta.

Con este molde, salen una docena y sobra un poco.

El molde de tartaletas que he utilizado no es muy apropiado, debe ser un poco más profundo para que se separe mejor la capa de yema de la de coco. 

Lo se, porque con la pasta que sobró preparé este pastel en un molde de mini bund que resultó mejor, con la parte de yema más tierna y jugosa y más bonito, con la superficie más brillante, como se aprecia en la fotografía.

El quindim recuerda al tocinillo de cielo, resulta un pastelito muy dulce, seguramente por eso, la forma tradicional de tomarlo es con un café sin azúcar como contraste. 

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